lunes, 19 de febrero de 2018

Puntualidad obsesiva

Como profesional Recursos Humanos cuando participé en los distintos procesos de selección entrevistando candidatos, siempre valoré de manera implacable el tema de la puntualidad, para mí siempre fue un valor extra, un plus, una cualidad casi esencial, que un candidato llegará a horario.

Hoy me toco a mi participar en un proceso de selección, pero desde otro lugar. No ya entrevistando candidatos, sino siendo yo una candidata más, quién fue convocada a participar de un proceso de selección y para el cual tenía entrevista a las 9:00 am, por lo que, obedeciendo a mi personalidad obsesiva, miré mi celular y estimaba que en 33 minutos llegaba al lugar para el cual me habían citado.

Pedí un taxi a las 8:00 am (me dije: tiempo suficiente para llegar 10 minutos antes). Cuando iba en camino, el taxi en el que iba tuvo un percance mecánico, por lo que me tocó bajarme y buscar otro taxi en plena hora pico en Retiro en plena Avenida Libertador, lo cual me tomó casi media hora, debido al tráfico y a la gran demanda. Al final de todo esto, llegué 25 minutos tarde a la entrevista y aún así fui entrevistada. 

Hoy aprendí: 

 No puedo tener el control sobre todo. 
• No soy juez, sólo soy un ser humano sirviendo a otros.
 Las personas también dicen la verdad. 
• Es necesario escuchar antes a las personas antes de tomar decisiones. 
• Las segundas oportunidades no se dan desde la desaprobación por el otro, sino desde la confianza.
• Está bien ser autoridad revestido de una profesión, un rol y un escritorio; pero es un total desafío serlo desde la desnudez de la humildad y la sencillez.
• "A cualquiera le puede pasar". No seas orgulloso. 
• A duplicar el tiempo estimado de llegada a una entrevista importante.